Luz Ultravioleta en horticultura: impacto y usos en el crecimiento de plantas

La luz ultravioleta (UV) se sitúa entre la luz visible y los rayos X en el espectro electromagnético, con longitudes de onda comprendidas entre 100 y 400 nanómetros. La luz ultravioleta se divide en tres categorías según su longitud de onda:

- Luz UV-A (315 - 400 nm): Con longitudes de onda más largas, es menos perjudicial y se emplea para provocar respuestas foto morfogénicas beneficiosas.

- Luz UV-B (280 – 315 nm): Provoca daños celulares en humanos y plantas. Gran parte de estos rayos son absorbidos por la capa de ozono.

- Luz UV-C (100 – 280 nm): Altamente dañina y absorbida por la atmósfera. Utilizada generalmente en esterilización o desinfección, como en purificadores de aire.

En la iluminación hortícola, la energía UV influye en el ciclo de crecimiento vegetal. Refuerza las raíces y previene el moho, siendo vital para el desarrollo de semillas. Además de prevenir enfermedades, la luz ultravioleta puede modificar las propiedades de las plantas, aumentando su valor nutricional y eficiencia, por ejemplo, en cultivos como el cannabis.

Sus usos se extienden a esterilizar fuentes de agua y nutrientes en la agricultura vertical, aumentando la vida útil de las plantas postcosecha, y generando estrés en las plantas para activar respuestas defensivas y mejorar la calidad de los frutos resultantes. Este impacto se ve claramente en cultivos como el cannabis, donde los niveles de THC, CBD y terpenos se potencian, y en vegetales y hierbas, donde aumentan antioxidantes y flavonoides.

En resumen, la luz ultravioleta no solo es útil en la horticultura, sino que también impulsa la innovación para crear plantas resistentes, asegurando así la seguridad alimentaria global. Puedes obtener más información sobre todos nuestros focos LED para el cultivo que incluyen luz ultravioleta:
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